Simplemente Lionel
El Paraná fue su cuna, quien regaló su Rosario, lo bautizó aquella luna, quien le dio el relicario.
El Paraná fue su cuna, quien regaló su Rosario, lo bautizó aquella luna, quien le dio el relicario.
Hace sutil que se esconda, por arcos y redes rivales, es su amiga la redonda, la que sabe de sus males. Lionel Messi el nombre y en su zurda está pegada, es tan humilde este hombre, que ya lo extraña la hinchada.
El iluminado lo llaman, al pequeño gigante, y por el mundo lo aclaman, cuando la toca un instante.
Es este joven argentino, para su pueblo un orgullo, gran Rey rosarino, es una “pulga” en capullo.
Es un buen hijo y humano, quizás de otro planeta, de compañeros un hermano, bien se pone camisetas.
Autor: Oscar Alberto Balbuena
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